

Lo que me conllevó hacer éste blog,es ver tantas personas que hacen mal uso de las elementales normas de ciudadanía.
Tu vida es tu jardín y dependiendo de lo que siembres en ella, eso recogerás, y tú, solo tú, ni la crisis, ni el gobierno, no el tiempo, ni tu familia, tiene ninguna culpa de lo que te sucede en tu día a día.
Oí decir a un Lama: Si hoy te discutes con alguien, en ese preciso momento estás sembrando la semilla, para la próxima discusión y así seguirá el círculo hasta que te pares a observar, en tu día a día las semillas que estás sembrando porque serán tu futuro próximo.
Cuando acaban las emociones positivas ante el encuentro con el otro, cuando la rutina y la vida en común apagan la comunicación y el interés por el otro, cuando uno tiene una sensación incluso deextrañeza ante la presencia del otro, es cuando comienza el desamor. ¿Qué hago yo aquí con esta persona? Es una pregunta que dispara la primera señal de que ya no se la ama. Y además uno no encuentra respuesta a esta pregunta.
Lo definimos como el comienzo en la falta de interés por el otro, y suele culminar en un absoluto desinterés que produce esta sensación de extrañeza de la que antes hablábamos.
El desamor está también íntimamente unido a la falta de deseo sexual por el otro. Este es también uno de los síntomas principales del desamor
La falta de interés puede producirse por múltiples razones, que pueden ser simplemente consecuencia de estrés o preocupaciones sobre uno mismo, pero cuando no nos dice NADA la presencia del otro, sino que más bien nos "sobra", cuando no tenemos ganas de comunicar nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestras preocupaciones o simplemente qué tal nos ha ido el día, y ésto ocurre cada vez con mayor frecuencia, entonces sí que nos podemos preguntar si seguimos amando a nuestra Pareja.
Si estamos en un momento emocionalmente estable, podemos tener la reacción de comenzar a hablar del tema, que sería lo más sano que podríamos hacer, porque a lo mejor no es el desamor, sino la rutina y el aburrimiento por falta de estímulos que unen lo que nos provoca esta desgana a la hora de compartir.
En la propia comunicación sobre nuestro estado de desinterés hacia el otro, puede suceder que nos demos cuenta que la cuestión tiene arreglo o no. Podría tener arreglo si sentimos la necesidad de arreglarlo en ese preciso momento en el que se tiene el diálogo sobre el tema, pero si notamos que sobreviene un sentimiento de lástima por el otro o que nos nace un sentimiento de no hacer daño, entonces, es que nos hemos encontrado con el desamor. Seguimos queriendo a esa persona, pero no amándola.
En un primer momento se pueden tener sentimientos de una falsa compasión por el otro y tratamos de compensar este sentimiento, que es real, con actitudes ficticias producto de un sentimiento de culpa, es la fase "masoquista" del desamor, en que el duelo por la pérdida de la pasión y del deseo se compensan echándose las culpas a uno mismo. Porque el desamor se vive como un sentimiento de duelo por la pérdida del amor por el otro. Los intentos de compensación producto de los sentimientos de culpa asociados no lleva más que a un rechazo finalmente por el otro, cuando se da uno cuenta de que es inútil tratar de compensar, que el sentimiento es real y que estamos ante una farsa.
Nuestros valores personales son los que nos indican que es bueno y que es malo. Estos valores vienen de nuestra sociedad, religión y tradiciones. La misma actividad que para una persona es buena para otra puede ser mala. Un ejemplo de esto es comer carne de res, algo que un hindú devoto no haría así le cueste su vida, sin embargo para un latinoamericano cristiano esto suena ridículo.
Nuestros valores cambian a medida que maduramos o nuestro medio ambiente cambia. Los valores fundamentales no cambian, el amor, la familia, la verdad, la integridad etc. Estos valores son los que nos guían para tomar decisiones. Son esa voz que nos dice esta mal o esta bien. Cuando actuamos en contra de nuestros valores personales estamos casi traicionándonos a nosotros mismos.
Los valores nos dan seguridad que estamos actuando de acuerdo a nuestras creencias cuando tomamos una decisión. Son fundamentales y nos guían a través de nuestra vida. Sin embargo las decisiones no pueden basarse solo en nuestros valores, porque a veces los confundimos con nuestros temores, falta de visión y mitos. Por esto las decisiones que tomamos también deben basarse también en las oportunidades que se nos presentan.
Muchas veces tenemos que explorar mas allá de nuestro horizonte para tomar decisiones correctas. Se cuenta el caso de un hombre que estaba pescando y cada vez que cachaba un pez que media mas de 10 pulgadas lo devolvía al agua. Alguien que lo observaba le pregunto porque descartaba los peces grandes. El pescador le contesto que su sartén solo media 10 pulgadas. Esto es falta de visión y aunque suena divertido e irreal muchas veces inconscientemente hacemos lo mismo, dejamos pasar las oportunidades porque no vemos mas allá del mundo al que estamos acostumbrados, de la zona de comodidad que nos hemos impuesto.
Un ejemplo de valores personales confundidos con tradiciones es en siguiente: En la sociedad latina tradicional (y esto ya no aplica a España de la misma forma que lo hace en Latinoamérica) nos enseñaron que la mujer estudiaba se casaba y tenia hijos o se hacia monja. Muchas veces presionadas por esta tradición algunas mujeres buscan frenéticamente una persona para casarse en lugar del compañero ideal para compartir la vida si es que lo desean. En otras palabras los logros personales de la mujer y lo que la hace feliz esta limitado por su estado civil.